La Comisaría Nº 37 investiga el extraño paradero de un chico de 26 años.

En la tarde de este miércoles 30 de mayo, en nuestra ciudad, comenzó a circular la versión que hablaba sobre la búsqueda de un joven, aparentemente herido, y cuyas manchas de sangre habían quedado sobre un sector de esparcimiento en el barrio 600 viv. cerca de la manzana 92.

A partir de allí, la Comisará Nº 37 durante toda la tarde, desplegó un operativo para dar con el joven, incluso utilizaron la División Canes, sin resultado aparente hasta el momento. La búsqueda continuará mañana.

Hubo mucho hermetismo al respecto, y lo poco que se pudo saber fue a través de las redes sociales, los vecinos que veían el movimiento policial, y la reciente publicación del diario capitalino en la que mencionan que sólo un puñado de información contienen los uniformados. Saben que este chico se llama Pablo Pacheco y tiene 26 años. “No tenemos novedades de lo que ha pasado”, comentó el subjefe de la Comisaría Nº37, el subcomisario Ismael Sosa.

El joven desapareció cerca de las 6 ó 7 de la mañana de este miércoles cuando lo vieron los vecinos en inmediaciones de su casa. El padre lo vio en la noche del martes. Sus familiares sostuvieron que “no lo vieron bien” psicológicamente.

El chico se negaba a ir a un sicólogo y le aseguraba a la Policía que “no estaba loco”. Dicen que no tenía amigos, no estaba de novio y no consumía drogas.

De la investigación surgió un dato que es un puntapié, que aún no lo pueden hilvanar con ninguna pista certera: hallaron manchas de sangre y prendas de vestir con sangre, una evidencia de que el chico entró a la casa a cambiarse pero jamás apareció de nuevo.

La familia le contó a la Policía que este chico estuvo cinco años en el Penal Provincial por un delito contra la propiedad. Cuando estuvo privado de su libertad, había tenido un intento de suicidio.

En el hormigón de la vereda encontraron manchas de sangre en cantidad suficiente como para considerar que estaba herido.

Fuente consultada: EDDLR

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