Un árbol navideño, un recuerdo, una historia
Casi una década reúne a los vecinos del barrio Los Lapachos en una noble tradición que se suma a la de las fiestas navideñas. Tiene que ver con el armado del arbolito de navidad del mencionado barrio, lo hacen en su propia plaza que lleva el nombre de quien fue el de la idea de armarlo cada año junto a sus vecinos: Alcides Guerreño.
Esta historia comienza con la llegada de este vecino proveniente de la ciudad de Buenos Aires, cuando vino a vivir en La Punta, desempeñándose en el municipio de La Punta durante la gestión de Darío Rosas Curi.
Quienes lo conocieron hablan de un vecino solidario, colaborador, siempre dispuesto a dar una mano. Él tuvo la idea de hacer un árbol de navidad cada año pero que fuera para todo el barrio Los Lapachos. Y ponía todo su esmero en mejorarlo cada año, hasta el 2015 donde a raíz de una enfermedad Alcides falleció.
Fueron sus hijos que tomaron la posta, y a pesar de su reciente pérdida en ese momento, no quisieron que esa tradición se perdiera.
En noviembre del 2015, los mismos vecinos presentaron una nota en el HCD pidiendo que se lo reconociera como buen vecino, por su colaboración, porque siempre estaba pendiente para todos, siempre daba una mano. Mediante un decreto le pusieron el nombre a la plaza del barrio, y es allí donde todos los años la tradición se mantiene.
“La idea siempre fue hacer un árbol diferente cada año, hasta ahora los venimos logrando” nos cuenta Yesica, una de las hijas de Alcides. Y agrega que” algunos años, como este, ha sido difícil y hemos tenido que hacer rifas para poder comprar las cosas para armarlo” pero destaca que los vecinos, amigos y familia siempre colaboran y como todos los años, como cada 8 de diciembre el armado del árbol se puede concretar.
“Para nosotros es algo muy importante porque sabemos que él está con nosotros cuando logramos este proyecto. Hoy lo continuamos los hijos, los nietos, los amigos, los vecinos. Este año logramos hacer un árbol más alto y con más luces, y estamos orgullosos”.
Esto es comunitarios, todos aportan, desde quienes en octubre comienzan mandando ideas, diseños, hasta quien presta una escalera, o el vecino que conoce de electricidad y ayuda con ese tema, o el que colabora con la rifa, hasta el que se disfraza de Papa Noel y cuando el árbol se enciende regala golosinas a los niños. Todos participan.
“El primero que hicimos fue muy triste porque era a pocos días de que él había fallecido, pero después fuimos poniendo lo mejor de nosotros cada año. Ya son 9 años y queremos seguir armándolo entre todos cada año” nos cuenta emocionada Yesica.
Redacción VDLP