II Encuentro recreacionista, medieval y fantástico en La Punta
Hubo espacio para los personajes, libros y hasta ejercicios del medioevo, en 26 stands. Ya sueñan con la tercera edición en Juana Koslay.
Salidos de la historia, de cuentos y hasta de videojuegos, los personajes que coparon, literalmente, el Encuentro Recreacionista, Medieval y Fantástico durante el fin de semana se dieron todos los gustos. Además de tomarse cientos de fotos, tiraron con arcos y flechas, se pintaron en vivo, escucharon música celta y compartieron un mundo de fantasía al que disfrutan pertenecer.
Durante la segunda jornada hubo dos casamientos celebrados bajo la tradición celta. Beatriz Orrego fue la sacerdotisa que los consagró.
La segunda edición de este encuentro se trasladó a La Punta, al predio del hotel Arenas y el buen clima de sábado y domingo colaboró para que las actividades previstas se sucedieran con buena cantidad de público.
En el interior se hizo la Expoferia épica y fantástica donde se exhibieron cientos de láminas, otro tanto de remeras estampadas, diseños exclusivos de artesanías y hubo espacio para intercambiar teléfonos y mails y conseguir diseños aún más exclusivos. Fernando Molinari, Leo Batic y Héctor Martínez, llegados desde Buenos Aires, mostraron sus dragones y hadas, en un stand frente a Marianella Camiletti, una chica de San Luis con cada vez mayor presencia.
Ciruelo Cabral, el más representativo creador argentino de dragones, tuvo un espacio especial: desde Merlo llegó una colección que custodia María Inés Lanfranchi quien a su vez presentó el audio libro del artista que vive en Barcelona. “Desde el inicio hubo una sinergia muy fuerte con Ciruelo”, confió la mujer que, como el cincuenta por ciento de los participantes del sábado, estaba ataviada acorde a la convocatoria.
También vestida anduvo a paso apurado Roxy Grecco, una de las organizadoras, que lamentó que algunos de los expositores no hubieran llegado, pero que reconoció la calidad de los participantes y soñó con la tercera edición. A cada paso fue posible encontrar un personaje que gustoso se dejaba fotografiar con los espectadores y, algunos más producidos que otros, fingieron peleas cada vez que la cámara de un teléfono celular los apuntaba.
En el parque se improvisaron combates arbitrados con espadas livianas y tras el lago se instaló el espacio para practicar arquería. El club El quinto Elemento llegó desde Carpintería abrió su stand que permitió que los más curiosos y valientes se animaran al tiro instintivo, tal como los mismos instructores admitieron.
Junto a ese mismo lago se ubicaron el Mercado medieval y la Feria de Artesanos, donde los artesanos vendieron sus productos rodeados de una música en vivo que sonó permanente. A pocos metros, el patio cervecero fue, a la tardecita, uno de los espacios más convocantes.
Brujos, hechiceras, caballeros, lanceros, templarios, algunas hadas, bufones y muchas doncellas pasearon sonrientes con la promesa de que la magia y los dragones les permitan reencontrarse el año próximo.
Fuente: El Diario de la república