Mónica de ASOECO, una vida en protección de los animales

Si hay algo que caracteriza a Mónica, es su entrega y corazón, en defensa de los animales, en especial de aquellos que están en situación de vulnerabilidad, heridos, abandonados, maltratados.


Su esfuerzo es inconmensurable, porque es un batallar día a día, a través de su asociación Asoeco, con mil problemas y complicaciones, pero cuenta con el apoyo de muchos voluntarios que entienden de su causa, y de lo que implica mantenerla en pie.


Mónica Pereyra es nacida en Capital, Buenos aires. Sus padres solían rescatar los animales, antes de que en esos tiempos los levantara la canera municipal. Desde ese recuerdo de su infancia, denota ese amor por los animales que la acompaña hasta la actualidad.


“Nos solíamos levantar antes de ir a la escuela, y entrábamos los animales que andaban sueltos en el barrio, antes de que la canera los levantara, porque el destino de esos animalitos no era para nada feliz. Eso hacíamos desde muy chiquitos con mis hermanos”, nos dice


“Cuando un animalito estaba muy maltratado, los teníamos en casa, los bañábamos, los cuidábamos, los llevábamos a la veterinaria hasta que les encontrábamos una familia. Mi mamá no quería que tuviéramos mascotas y nos encariñáramos porque sabía que luego los debíamos entregar. No quería que sufriéramos. Ese es mi problema, yo me encariño mal, sufro por ellos”, cuenta mientras los ojos se les empañan.


Es que, al solo ver el énfasis y los gestos en cada palabra que esgrime, se le percibe el amor y el esfuerzo que dedica en el cuidado de los animales.


“Empezamos hace mucho tiempo, en mi casa, con un grupo de amigos pensamos en que armando una asociación íbamos tener más apoyo que hacer esta tarea de manera individual. Y así nació Asoeco, Asociación Ecológica que tiene domicilio en La Punta pero la personería jurídica es en toda la provincia”.


Asoeco, la asociación protectora, se encuentra en un terreno, prestado por un voluntario a la vera de la ruta nac. 146, en La Punta . Allí, unos 100 animales, entre lo que se encuentran perros, gatos, caballos, cabras, y hasta llamas, son cuidados con mucho amor. Unos 80 están en ese predio, y otros 20, que tienen condiciones mucho más complejas, los tenemos en un cuidado más intensivo en otro lugar.


“Nosotros estamos desde el 2020 en este predio. Antes nos habían prestado un predio en el Suyuque, pero nos dimos cuenta que nos querían usar políticamente, que debíamos trabajar para la municipalidad y el intendente actual, así que nos fuimos”, remarca.


El predio donde Mónica día a día encara un desafío nuevo con el cuidado y protección de sus animales, está lleno de precariedades, porque se “hace con lo que podemos juntar” como nos comenta. Con mucho esfuerzo construyen pequeños establos de tarimas, algunas chapas, y lonas. Son animales que, en muchos casos, la misma sociedad los abandonó, los dejo desahuciados. Allí, en ese preciso instante donde estuvo la indiferencia de algunos, también allí, es donde aparece el amor de Mónica ayudándolos.


Desde allí, es que se logran cosas imposibles. Desde recuperar animales que hubiesen sido sacrificados, hasta conseguir donaciones para poder solventar gastos tan básicos como la gran cantidad de alimentos que consumen cada animalito, o con un grupo de voluntarios levantar lo destruido por una tormenta, o la lucha diaria para que ningún animalito sufra.
“Acá es como una familia, a veces se pelean pero no hay peleas de gravedad, ellos saben que nosotros somos “los jefes” de la manada y cuando hay un reto hacen caso, y no pasa a mayores” nos dice con cierta gracia.


“Ayuda necesitamos siempre porque las estructuras son precarias, con maderas, y con las tormentas y vientos que tenemos acá en La Punta, muchas veces quedan destruidas y tenemos que volver a levantarlas”.


“Ahora es mucho más difícil, desde el 2012, gracias a un decreto del intendente anterior, contábamos con la ayuda de
un quirófano que era municipal porque se atendían animales con moquillo, se los vacunaba, se los operaba. Venían casos muy complicados y se les daba prioridad y se les hacía un seguimiento. Cuando cambió la gestión eso ya no se hizo más, entonces ese tipo de casos nos llega ahora muchas veces directamente a Asoeco.


A mí la fortaleza te la dan los mismos animales y la gente que te acompaña, por ahí un mensaje que te manda un voluntario, o un vecino diciendo en el mensaje “hola Moni como está el animalito que llevaron ayer”, o te dicen “en qué puedo ayudarte” o cuando comparten algo que publicamos, eso ayuda mucho. Eso nos da muchas fuerzas.


Así mismo, la asociación permanente está con campañas de pedir donaciones para colaborar con esta misión tan noble. En sus redes sociales, quienes quieran sumarse o aportar su pequeño grano de arena, pueden contactarse y les dirán como hacerlo ( https://www.facebook.com/profile.php?id=100009809132338 ).


Mujeres como Mónica, son parte de las historias que queremos destacar en VecinosdeLaPunta, porque son historias que motivan, generan empatía, son imitables, y por sobre todo, son dignas de ponerlas en conocimiento de toda nuestra comunidad.

Nota realizada por Dario Irusta: Para VecinosdeLaPunta.net

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