Otro robo en La Punta

Manuel Eduardo Fondovila está convencido de que los ladrones habían estudiado sus movimientos. Por eso, cuando viajó a Buenos Aires a ver a su hijo para el Día del Padre, supieron que la casa había quedado sola y se la desvalijaron. Estima que el monto del botín, más los daños que le causaron en la vivienda, asciende a, por lo menos, noventa mil pesos.

Manuel es Dj. Le robaron muchos de los equipos que había comprado con esfuerzo y no puede hacer esa actividad con la que ayudaba a sostener su economía. Pero el perjuicio no es sólo monetario. En una notebook marca MSI, modelo A6200, que se llevaron guardaba información de su trabajo en la empresa de ingeniería de software Raona, de La Punta, y material para el desarrollo de un programa de computación, que debía presentar en un examen en la carrera de programador, en la Universidad de La Punta, contó su novia, María Belén Concia.
La casa de Fondovila es la número 7 de la manzana 20, en el barrio El Ceibo, también identificado como Licitación 5, y ubicado en la zona del Hipódromo La Punta.

Tenía todas las medidas de seguridad. Rejas, cerraduras en perfectas condiciones y alarma. Lo único que no resguardaba la vivienda el fin de semana pasado era su perro ovejero alemán, que había llevado a otro lado porque está enfermo. Manuel cree que hasta eso sabían los ladrones y por eso se animaron a entrar.
Forzaron una reja trasera que tenía llave, la puerta trasera de la casa, de chapa, y arrancaron y rompieron todas las partes de la alarma. Para irse, cortaron una cadena que aseguraba el portón y le violentaron la guía, así que lo dejaron inservible.

Se llevaron una moto Zanella RX 150, patente 352 KRI, negra y gris, flamante, dos televisores LCD, uno de 32 pulgadas y otro de 40, la computadora, una potencia de 800 vatios, un mixer de Dj, un controlador Midi, auriculares profesionales, una consola de videojuegos Xbox, un teclado de música tipo piano, 3.800 pesos, tres pares de zapatillas, un Ipad 2, blanco, un secador de pelo, una licuadora, una cafetera, una bordeadora, una alianza de oro con el grabado “Romina 7-12-14”, un disco USB de 500 GB, una tostadora, una afeitadora, una batidora de mano, una plancha para el pelo, una minipimer.

También le robaron una campera camuflada, una mochila de montaña, ropa, un par de anteojos de sol con aumento y las llaves de un Chevrolet Spark de su madre, que estaba estacionado allí. “Seguro no sabían manejar, por eso no lo robaron”, comentó Belén.

Fondovila calcula, por las huellas, que los ladrones se fueron caminando. Incluso hallaron rastros de que a la moto la arrastraron, contó su novia.

Quieren que la Policía revise las filmaciones de una cámara de seguridad instalada por la calle lateral a su casa, “como a una cuadra”, dijo Manuel. Saben que los ladrones llevaron el botín hacia un descampado cercano porque hacia allá van las huellas y porque allí hallaron unas frazadas y los controles remotos de los televisores. Por eso creen que esa cámara tiene que haberlos registrado.

El jefe de la Comisaría 28ª, comisario Pablo Rubatto, sostuvo que cerca de la casa saqueada no hay ninguna cámara. “El domo más cercano está a cuatro cuadras, en la manzana 13 de la Licitación 22, y no tiene ninguna información, ningún registro que nos oriente en la investigación”, aseguró.

Consultado sobre si ha habido otros casos similares, el comisario contó que hace un mes, en otra casa, a unas diez cuadras de la de Fondovila, robaron otra moto.

En el caso del robo a Fondovila, dijo, que “ningún vecino vio ni escuchó nada. Hay suposiciones del vecindario de quiénes podrían estar involucrados, la gente presume, pero no hay ningún indicio sobre ellos”, reveló.
Las sospechas de los habitantes de la zona apuntan, casualmente, a siete personas con antecedentes delictivos que viven en la misma Licitación.

Rubatto contó que una de ellas salió en diciembre de la cárcel, pero no está en la ciudad, según las averiguaciones que hizo la Policía.

Manuel y Belén reclaman que la Policía revise las filmaciones del domo cercano a la casa y mantienen la expectativa de recuperar aunque sea una parte de lo que le robaron.

Fuente: EDDLR

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