Pasó el Carnaval de La Punta, con matices de color, música y también con desprolijidades
Pasó el carnaval de La Punta. Un evento que se ha tornado un clásico en nuestra ciudad y que este año, a pesar de no haber acompañado de la mejor manera el tiempo, permitió que las comparsas y murgas locales, y algunas invitadas, pudieran desplegar su alegría al ritmo de los tambores.
Fueron dos noches en las que hubo matices de color, música y también algunas desprolijidades. Te contamos lo bueno como lo malo de esta edición del carnaval de La Punta.
Imágenes: Red Social
El evento, promocionado por el municipio en diversos medios de comunicación, con gráficas, animaciones, pancartas, folletos y diversos eventos previos, incluida conferencia de prensa, no contó con la masiva respuesta del público en la medida que se esperaba. Si bien la segunda noche fue algo más concurrida, distaron mucho ambas jornadas con lo sucedido en ediciones de años anteriores. Esto repercutió sobretodo en los comercios de la zona, en especial del rubro gastronómico que esperaban mayores volúmenes de ventas. Comercios en los que, por ejemplo el año pasado, para poder sentarse a cenar o tomar algo, debía esperarse más de 15 o 20 minutos aguardando en la cola a que una mesa fuera desocupada, algo que esta vez no sucedió.
Si bien, desde el municipio no se difundieron cifras oficiales, a simple vista, y sobretodo en la primer noche del carnaval, fue mucho menos concurrida la presencia de los vecinos que se situaron alrededor de la plaza para poder ver las comparsas que por allí pasaban.
Imágenes: Redes Sociales
Sin embargo, al carnaval no hay que restarle importancia a la alegría de quienes participaron, ya sea a través de las murgas como la de Los Molles, o las comparsas locales como La Quinta Nota, el Taller de Samba La Punta Lazos que nos une, Las Estrellitas del 500 Sur y del Barrio SCAC, la comparsa O´Bahia, incluso las promociones Beneheurí de la Escuela N°40 Héroes de Malvinas, y Lituvié de la Rosenda Quiroga, que se animaron a desfilar. Para el día sábado se sumaron 4 comparsas: los Domadores de Suegras, Batería Tormenta Puntana, Comparsa Sierras del Sol y la Aplanadora Marambú, brindándole mayor color a la noche.
También a los artesanos aportaron lo suyo, que exhibieron su trabajo con mucho entusiasmo, mostrando las bondades y belleza de lo que realizan sus manos con tanta dedicación.
Los shows que se brindaron, como cierre de cada noche, tuvieron cierta desprolijidad en su organización, al menos el de la primer noche, ya que previamente se había promocionado que la banda que cerraría la noche del 9 de febrero del carnaval sería Luis Soloa y el Grupo Pasión, algo que no sucedió (terminó cerrando la noche el grupo Vivencias Musicales) y que al no haberse informado, provocó cierto malestar en muchos de los presentes que optaron por retirarse tempranamente (alrededor de las 00:00 hs) del primer evento.
Por otro lado, el cobro de la entrada causó cierto malestar en la gente ya que inicialmente, en la promoción y difusión del evento no se lo mencionaba (ver siguiente imagen), y posteriormente, cuando se optó por detallar el costo que iba a tener la entrada general, se lo hizo de manera muy poco destacada, casi de forma imperceptible, en las gráficas de difusión del mencionado evento.
Sin embargo cabe decir que transcurridas no más de hora y media de iniciado el evento las entradas dejaron de cobrarse quizás alentando la mayor participación de la gente al espectáculo.
La falta de control en la venta de alcohol fue otro de los puntos cuestionables, ya que se pudo apreciar menores circulando con bebidas alcohólicas a pesar de los inspectores y la policía que se situaban por todo el anillo comercial.
El carnaval se fue. Fueron dos noches de festejo. Un carnaval, como decíamos al principio de la nota, con matices de alegría, color y algunas desprolijidades. Desprolijidades que deberán procurar solucionarse y organizarse de mejor manera para el próximo año a los fines de que la fiesta sea plena, como siempre lo fue.
