Tu grano de arena sirve
¿Han notado queridos vecinos, lo hermoso que es caminar por la ciudad, recorriendo los espacios verdes, observando la belleza que La Punta nos regala día a día? ¿Se han dado cuenta que si afinamos nuestros oídos en ese transitar nos encontramos con el repiqueteo y trinar de las aves del lugar? ¿Han caminado, o han salido a trotar cuando cae el sol tiñendo de rojizo y cobre las sierras?. ¡Pues si! Es un verdadero privilegio sentirse parte de semejante marco paisajístico envolviéndonos casi mágicamente.
Los jardines, los parques, las zonas verdes o el arbolado son elementos clave para mantener una buena calidad de vida en las ciudades y favorecer el bienestar de las personas. Y es por esa misma razón, que debemos cuidarlos. Ser parte del mismo entorno en completa armonía. No dañándolo ni ensuciándolo.
En uno de los tantos recorridos que habitualmente me gusta realizar caminando, me detuve a observar como en cada árbol, y cada arbusto del espacio verde que transitaba, había una bolsa aferrada y deshecha, producto del viento que la sentenció a morir aferrada en la retorcida rama de un espinillo o un caldén. Al mismo tiempo, si me adentraba entre los arbustos, papeles y restos de escombros comenzaban a avizorarse , como si quisieran engañar a mis ojos que eran parte del entorno natural . Y uso esta retórica porque en cierta manera, el cuadro que se dibujo ante mí era triste. El saber que tanta belleza puede ser opacada por el descuido humano.
No me quedé en la inmutez y la inacción ,y comencé a desdeñar cada pedazo de nylon hasta poder desprenderlo de entre las espinas y ramas de cada árbol donde su altura me lo permitiera. Sin embargo, la tarea era demasiado ardua, y casi una utopía el querer limpiar uno mismo el enorme lugar.
Quizás, en cierta manera decepcionado, por no poder lograr mi objetivo di lugar a la reflexión, y así pude entender, una vez más, que la mayoría de estos problemas no pasa en gran medida por solucionar lo que se rompe o se destruye o se ensucia, sino que pasa por cambiar muchas cosas desde lo humano, de sus actitudes y las normas con las que se convive.
Algún tiempo atrás, cuando le comentaba a alguien que conocí hace muy poco, que la acción de uno era solo un ínfimo grano de arena en la inmensidad. Esa misma persona me respondió que, sin ese grano de arena, no existiría la orilla donde finaliza el mar.
Esa misma reflexión es la que amerita que empecemos cada uno por tener una actitud responsable. Si sacas la basura hacelo en el horario adecuado para que los perros no rompan las bolsas, si te compras una golosina, no tires el papel en la calle, tenelo en tu bolsillo hasta el próximo cesto de basura, si tenes escombros en tu casa, no lo tires en el espacio verde, coordina con el municipio para que te los retiren. Son muchas las acciones, que por más que parezcan un pequeño grano de arena, si las llevamos a cabo cada uno de nosotros, tendrá verdadero impacto.
Ojalá que cada uno, al leer este artículo, se tome un minuto y reflexione. Esto no se trata de echar culpas a alguien, esto se trata de tomar una actitud responsable por parte de cada uno de nosotros, como habitantes de este suelo. No ensuciemos, no rompamos, respetemos, y por sobretodo, disfrutemos de esta hermosa ciudad de la que debemos sentirnos orgullosos.
Artículo aportado para gacetilla “El Fundador”
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